Esta es una escena por encargo que me ha encantado hacer y, aunque el trabajo ha sido muy laborioso, me he quedado muy satisfecha con el resultado.
Siempre creí que este gabinete sería el que ocuparía una casa moderna que hace tiempo que ronda por mi mente, la de mi propia consulta... pero ya llegará.
Todo, excepto el jarrón y las flores está hecho a mano. Reciclando, pensando, fotografiando, midiendo y escaneando para reducir todo lo que se me ponía por delante. Al principio pensé que me tomarían por loca, pero, poco a poco, fui recibiendo ayuda de todo el mundo que me rodeaba.
Es por ello que no puedo dejar de agradecer la ayuda inestimable de mis auxiliares, que me guardaban cajas vacías y botes de cualquier producto que se terminara; de mis pacientes, que me traían artilugios de lo más imprevisibles (en especial a Teresa, que me trajo medio hospital de viales, cápsulas y medicamentos) y de mi familia, que se ocupó de mis hijos y de preparar las comidas y cenas de un largo fin de semana festivo en una casa con 14 personas. Y, sobre todo, a mi marido, que ha realizado todo el trabajo de carpintería, montaje e iluminación. Sin su ayuda, habría sido imposible realizarlo.
Quizá falten algunas cositas... ya se solucionará la próxima vez.
Mientras tanto, aquí os dejo algunos detalles de esta escena.
¡Espero que os guste!
Antes de colocar la caja decorativa.
Una vez colocada (perdonad los reflejos del cristal).
El gabinete.
La recepción.
La iluminación del techo.
La iluminación del sillón.
Y algunos detalles.
Y la pieza estrella... el sillón dental. Tapizado en rosa... ¡el cliente siempre manda!. Aunque al principio me resultó un color algo extraño, tengo que reconocer que me ha encantado el resultado.